Valga lo que sigue (*) como pequeño homenaje a Marcus Cornelius Escher, a quien admiré durante mucho tiempo sin saber quién era.

CINTA DE MOEBIUS
Al llegar al portal se dio cuenta de que se había dejado las llaves del coche en la mesilla.
Regresó a casa, abrió la puerta y de dirigió al dormitorio pero, antes de llegar, sonó el teléfono. Era su madre, que quería ir de compras por la tarde y que si podría acompañarla y, de paso, llevarle la receta del protector gástrico. Fue a buscar la receta para dejarla a mano y, al pasar frente a la puerta de la habitación de su hijo, vio un envase de yogur con la correspondiente cucharilla encima de la mesa de estudio. Llevó ambos a la cocina, metió la cuchara en el lavaplatos y tiró el envase a la basura. Le pareció que la bolsa estaba bastante llena, la sacó del cubo, la cerró y puso una bolsa nueva. Se fijó en que el bebedero del perro estaba casi vacío y lo rellenó con agua fresca. Dejó la bolsa junto a la puerta, para que no se le olvidara al salir y vio que la ventana del salón había quedado abierta de par en par. Entró en el salón y cerró la ventana y, de paso, se llevó un cenicero sucio. Lo dejó en el fregadero, apagó la luz, buscó en el ropero un paraguas, porque le había parecido que el día estaba de llover, cogió la bolsa de la basura y salió.
Al llegar al portal se dio cuenta de que se había dejado las llaves del coche en la mesilla.
(*) Este microrrelato está incluido en la antología de microrrelatos de varios autores "Gigantes de Liliput", editada por Atlantis bajo el sello de Netwriters. Los míos son de los peores.
(*) Este microrrelato está incluido en la antología de microrrelatos de varios autores "Gigantes de Liliput", editada por Atlantis bajo el sello de Netwriters. Los míos son de los peores.
Lo leíste en la presentación de Gigantes y me encantó.Ahora me sigue impresionando, está perfecto.
ResponderEliminarEstoy afónica perdida.
Besos
¿De los peores? Anda ya... Sirva este como muestra. Nunca la cinta Moebius fue tan bien explicada. Y es tan real…
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Lo confieso, la cinta de Moebius, no la conozco o no me acuerdo. Vete a saber si la he tenido en las manos, en cualquier caso, el asunto de las llaves puede suceder a cualquiera, incluso a ti o a mi. Solo que, hay que saber contarlo como tú.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo confieso, la cinta de Moebius, no la conozco o no me acuerdo. Vete a saber si la he tenido en las manos, en cualquier caso, el asunto de las llaves puede suceder a cualquiera, incluso a ti o a mi. Solo que, hay que saber contarlo como tú.
ResponderEliminarUn abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarReal como la vida misma. Genial relato.
ResponderEliminarAbrazos mil.
Gracias a todas, sois generosas conmigo porque, reconocedlo, cualquiera de vosotras podría haberlo escrito.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.