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viernes, 28 de diciembre de 2012

ATRACCIÓN FATAL

Hablando del virus L y de sus devastadores efectos, lo que sigue es una muestra, en ciento veinte palabras, de cómo lo consigue.

(Para ampliar información sobre el virus puede consultarse el blog "Un blog para Priden", "Los discursos del autor". En este caso, de la autora. En la página principal, ya saben, a la derecha)










                        ATRACCIÓN FATAL

No me agarró del cuello de la blusa pero no le hizo falta. “Te quedarás conmigo hasta que yo te permita dejarme”, dijo. Sin violencia, sin tensión, pero con una fuerza que yo no había visto nunca. Pronto comprendí que tenía razón. Lo comprobé en cuanto intenté alejarme de él y no pude. Su atracción era tan poderosa que no podía olvidar que le había conocido, que me esperaba, paciente, seguro de su poder sobre mí. Una y otra vez regresé a él, a su encanto, a su misterio. Me fascinó, me sedujo y, tal como había vaticinado, solo pude dejarle cuando él puso fin a lo nuestro.
Yo tenía siete años y él se llamaba Tom Sawyer.

6 comentarios:

  1. Yo tenía 12 años y se llamaba "Nada".

    Besos

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  2. Me sigue maravillando esta infección. Prohibido buscar vacuna.

    Besos, reina.

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  3. Yo tenía 16 años y se llamaba Ana Karenina. Jops!

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  4. Yo tenía 12 años y buscaba "el centro de la tierra", sigo buscándola.
    Besitos.

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    Respuestas
    1. Cuando yo quise llegar al centro de la tierra con el profesor Otto Linderbrok y su sobrino, llevaba varios años infectada. Julio Verne fue uno de los muchos que contribuyó a la sobreinfección. :-)
      Un beso, Rosa preciosa.

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