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miércoles, 16 de octubre de 2013

LA DAMA DE NEGRO

Mi amigo Sap dice que canto por todos los palos. Yo creo que lo que ocurre, más bien, es que mi ignorancia es muy atrevida.






LA VIDA ES ASÍ 

ACTO III, ESCENA III

(Salón de la casa de Juan. El mismo mobiliario que en escenas anteriores. Luz baja. Juan está sentado en el sofá con la cara escondida entre las manos)

JUAN (sollozando lastimeramente): No es justo, no es justo...
                                                                                                
(Entra ELLA por la puerta de la izquierda. Es una mujer joven, alta, delgada, vestida con una larga capa negra con capucha)

ELLA: ¿El qué no es justo?
JUAN (sobresaltándose y limpiándose las lágrimas): ¿Eh? ¿Quién es usted? ¿Por dónde ha entrado?
ELLA (acercándose al sofá mientras habla): Digamos que soy una buena amiga. Y he entrado por la puerta, claro, es la manera más cómoda de entrar en los sitios. ¿Puedo sentarme?... estoy agotada. (Se sienta en el sillón de la izquierda sin esperar respuesta)
JUAN (mirándola con asombro): Curioso traje.
ELLA: Es el uniforme. No está mal, me gusta el color. Siempre es elegante. (Se acomoda los pliegues de la capa y cruza las piernas con gesto coqueto) Y bien, Juan, decías que no es justo. ¿El qué no es justo?
JUAN: No es justo que me haya dejado así, que se haya ido con él... (Pausa y amago de sollozo)... con mi mejor amigo...
ELLA: Eso ha hecho...
JUAN: Sí, eso ha hecho. Después de seis años... He estado seis años trabajando para ella, cuidándola, mimándola, pendiente de sus necesidades, de sus deseos, queriéndola, adorándola... y se va con mi mejor amigo. No es justo.
ELLA (con gesto de fastidio): Qué insistencia con eso de que no es justo... Vamos a ver, Juan, ¿qué es lo que no te parece justo? ¿Qué se haya largado olvidando seis años de entrega y te haya dejado tirado como una colilla?
JUAN: Exactamente.
ELLA: Juan, querido, aclaremos conceptos. Eso no es justo ni injusto. Eso son cosas que pasan.
JUAN: Ah, ¿no? ¿No te parece injusto que haya pagado así mi amor, mi entrega? Eso es injusto, la vida es injusta.
ELLA: Pobre Vida, siempre echándole la culpa de todo. Pobre hermana mía...
JUAN: ¿Hermana?
ELLA: Sí, hermana. Somos hermanas. Gemelas. Univitelinas, para decirlo con un término que puedas entender. Nacimos el mismo día a la misma hora y no podemos existir la una sin la otra. Y mi hermana, Juan, como yo, no hace sino acudir cuando la llaman. Ni ella ni yo tenemos nada que ver con la Justicia, querido.
JUAN: ¿No?
ELLA (Con gesto de fastidio): ¡Pues claro que no! La Justicia es cosa de los hombres, cariño. Los derechos, los deberes... son inventos humanos, constructos necesarios para regular vuestra convivencia. Pero vosotros lo confundís todo. Hay una guerra, una catástrofe, muere un niño pequeño, se mata un hombre joven en un accidente de tráfico y os falta tiempo para clamar “¡No es justo, no es justo!” Y no. Os equivocáis. Son las personas las que actúan de modo justo o injusto, correcto o incorrecto. La Vida y yo nos limitamos a hacer nuestro trabajo y te aseguro que no tiene ninguna relación con la Justicia ni con la Ética. A ver si os enteráis de una puñetera vez.
JUAN (pensativo): Entonces...
ELLA (enfática): Entonces... nada. Tu mujer puede haber sido injusta contigo porque ha correspondido a tu amor y a tu entrega con una canallada. Tu mujer, Juan, no la Vida. Si has de enfadarte con alguien enfádate con ella y con tu mejor amigo pero deja a la Vida tranquila, que bastante tiene con salir adelante en este mundo de locos.
JUAN: Ya, pero... lo cierto es que lo hacemos. Decimos que la Vida es injusta, que una muerte prematura, por ejemplo, es injusta...
ELLA: Eso es porque no os aclaráis. Los hombres sois tan torpes a veces... confundís la estadística con el derecho. Que la esperanza de vida sea de ochenta y tres años, por ejemplo, no significa que toooooooooodo el que nace tenga que alcanzar esa edad ni, de ningún modo, como vosotros decís, que tenga el derecho a alcanzarla. Sólo significa que tiene muchas probabilidades de morir anciano. Nada más. La Vida es un préstamo, Juan, en cualquier momento puede venir su dueño a reclamarla.
JUAN: ¿Su dueño? ¿Dios? ¿Existe Dios?
ELLA (con tono profesional): No estoy autorizada a contestar a esa pregunta.
JUAN (contrariado): Vaya... tenía auténtica curiosidad...
ELLA (Se levanta y se coloca la capa): Bueno... ahora que ya te he dicho lo que quería decirte... será mejor que me vaya.
JUAN (levantándose también): Espera, no te marches. Me... me apetece seguir charlando contigo. Desde que... (duda si decir el nombre)... ella se marchó... casi no hablo con nadie... no estoy de humor...
ELLA (pensándolo): Bueno, está bien. Pero... si me quedo... será por poco tiempo. Seguro que me llaman enseguida. Cada día me dais más trabajo: guerras, deforestación, contaminación de los mares... Una ya no sabe dónde acudir primero...
JUAN (animado): Da igual. Me conformo con un ratito. ¿Quieres que nos quedemos aquí o prefieres salir a tomar una copa?
ELLA: ¿Salir a tomar una copa? Por Dios, hace siglos que no hago eso. Ya me gustaría, ya, pero... con esta capa... daré mucho el cante, ¿no?
JUAN: Espera, creo que mi mujer no se ha llevado toda la ropa... (mirándola de arriba a abajo)... yo diría que tenéis la misma talla.
ELLA: Ah, estupendo.
JUAN (yéndose hacia la puerta del fondo): Por cierto, ¿cómo te llamas?
ELLA (pensando en voz alta): Señor, Señor... media hora hablando con él y todavía pregunta cómo me llamo... Mira que son torpes... (A Juan) Bueno... me llaman de muchas formas pero mi nombre es... Tánatos.

TELÓN 


                                          




14 comentarios:

  1. Bueno, hermana, me quedo... encantada es decir poco. Porque voy leyendo un relato que es como el esquema del drama cotidiano pero revestido elegantemente de comedia y, encima, me encuentro con casi un ensayo sobre conceptos tan elevados como la justicia y el orden moral vs el natural. Y todo ello tan bien hilado como sabes...
    Por cierto, de acuerdo con el planteamiento que hace la dama sobre que el término justicia es aplicable a las acciones humanas y no al orden o desorden de la vida y la muerte (Eros y Tánatos siempre tan denostados)

    Besazo, grande.

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    1. Otro besazo para ti, hermana. Cada vez que me dices que te lo has pasado bien leyendo algo mío, me llevo una alegría.

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  2. Pues qué atrevimiento te ha quedado, hija mía. Sigue, sigue, me quedo por aquí escuchándote cantar.
    ¡Beso!

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    1. ¿Cantar? ¡Eso sí que nunca! (Tengo una voz que bordea el delito, jamía)
      :-)
      Un abrazo, preciosa.

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    1. Gracias, Paloma. Da gusto con lectores como vosotros. ¿No me vais a sacar nunca un fallo?
      Anda, venga, porfa...
      Abrazo grande.

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  4. Ah, que quieres que te saquemos fallos... Pues esta obrita tiene muchos fallos, que lo sepas, pero son tipográficos, es decir, que el común de los mortales no tiene por qué conocerlos, así que no sé si te valdrán. El texto está muy bien, tiene buen ritmo. Me lo imagino representado y me gusta la idea.

    Yo también pienso que eres todoterreno. Mucho mérito tiene eso, querida. Te lo digo yo.

    Besos y besos.

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    1. Digo en mi descargo, oh, correctora archisapientísima, que el texto es fondoarmario total y que, cuando lo escribí, hacía decenios de la última vez que había leído una obra de teatro así que no me extraña que tipográficamente sea un desastre.

      Un abrazo mú grande, vicuña.

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  5. Lo he sentido con los ojos y lo he visto a través de las palabras. Qué forma de escenificar una narración. No conocía esta faceta tuya de dramaturga. Un poco ingenuo ese Juan, ¿no?. Me ha encantado.

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    1. Muy ingenuo mi Juan, sí, pobrecillo. Es muy buena persona.
      Me encanta que te haya encantado, Josep.
      Un abrazo.

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  6. Lo tuyo, cielo, no es ignorancia, sino valentía y curiosidad para buscar nuevas formas de contar. Y eso, querida mía, te hace especial.

    Cómo me ha gustado tu forma de escenificar, a parte de la temática que ya sabes que es una de mis favoritas. Lo que hubiera dado por ir de copas con ellos :-)

    Felicidades, me ha encantado.

    Besos y abrazos.

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    1. Yo también me habría unido al grupo muy gustosamente.
      :-)
      Gracias, niña dulce, siempre.
      Abrazo enorme.

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  7. .
    Tu amigo Sap te quiere mucho, Vichoff. Tanto, que incluso se atreve a sugerirte que cambies la foto de Tánatos que inaugura la historia porque arruina bastante el factor sorpresa.

    Es verdad. Si la muerte, en vez de representarse con figura de vieja cadavérica, se manifestara con las formas de una señorita estupenda, su hermana gemela sería más llevadera.

    Tú cantas por todos los palos y por todos los polos, Vich.

    :-)

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    1. Es que no me pude resistir, Sap, ¡es idéntica! Ni que hubieran hecho la foto pensando en mí.
      Y tampoco es tan delatora, ¿no? Lo que pasa es que tú eres "mú largo".
      :-)
      Y, en mi caso concreto, preferiría que la hermana gemela de la Vida fuera hermano gemelo y se me presentara en forma de madurito inteligente.
      :-P
      Cienes.

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