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domingo, 17 de marzo de 2013

SUPERWOMAN

La que no se vea reflejada en este espejo que levante la mano.





UN DÍA CUALQUIERA

Huy, cariño, se me ha olvidado recoger tu pantalón de la tintorería, no sé cómo se me ha podido olvidar, de verdad. El caso es que esta mañana había quedado a primera hora con tu hermana para acompañarla a hacerse el análisis de sangre, que ya sabes que es muy miedica para esas cosas y se marea enseguida y le da pánico ir sola, así que me pidió que fuera con ella. Tú no te has enterado de cuándo me he ido, claro, porque he salido de casa a las siete y media y a esa hora aún no ha sonado tu despertador, pero verías que el lavavajillas ya estaba puesto, los almuerzos de los niños preparados y tus camisas tendidas para que Matilde las planchara, seguro que te diste cuenta. Después del análisis nos hemos ido a desayunar porque tu hermana estaba en ayunas, claro, y yo casi también porque con las prisas solo había tenido tiempo de tomarme el zumo de naranja. Me dijo tu hermana que podríamos quedar para mañana para ir a ver a tu tía Ermelina, que ya le han dado el alta y está en casa y si me podía encargar yo de comprarle unos bombones o algo porque a ella no le daba tiempo. El caso es que estábamos a mitad del desayuno cuando ha llamado mi madre, que no le funcionaba la caldera y no tenía calefacción ni agua caliente, que si yo sabía el teléfono de aquel fontanero tan bueno que nos arregló la fuga del cuarto de baño. Miré en el móvil y no lo tenía pero sabía que lo había apuntado en la agenda de casa así que cuando dejé a tu hermana volví a casa y llamé a mi madre para darle el teléfono del fontanero y entonces me dijo que si por favor podía acercarme para ayudarla a descolgar las cortinas del salón. Estaba en casa de mi madre con el rollo de las cortinas cuando me llamó la farmacéutica para decirme que ya le había llegado la vacuna de Carlitos así que dejé a mi madre con la advertencia de que se viniera con nosotros si tardaban mucho en arreglarle la avería y me fui a la farmacia. Aproveché que pasaba por El Corte Inglés y entré a mirar a ver si se me ocurría algo para regalar a tu madre, que ya me había dicho que no quería nada especial así que no tengo ni idea de qué comprarle porque ya tiene de todo pero después de media hora no había visto nada que me convenciera y además se me hacía tarde así que me pasé por la pescadería porque quería poner pescado para mañana, que para hoy teníamos carne y ayer fue el potaje, pero no tenían palometa, que es lo que más les gusta a los niños y cogí merluza y me pasé por el supermercado para comprar champiñones, que ya sabes que es la única forma de que se coman la merluza, con champiñones. Recogí la vacuna y me pasé por el Centro de Salud para pedir hora con la enfermera pero no pude concretar la cita porque recordé que Carlitos me había dicho que tenía examen de Mates pero no me acordaba del día exacto así que preferí dejarlo para mañana, no me fueran a dar para una fecha que le viniera mal, de todas formas aproveché para preguntar cuándo empieza la campaña de vacunación de la gripe, ya sabes que tu padre, si no lo llevara de las orejas, no se vacunaría ningún invierno. Me querían dar la cita ya mismo pero les dije que no porque tu madre me había dicho que igual se iban al pueblo un día de estos y yo no sabía cuándo iban a estar aquí. Y luego me fui a Tráfico, para renovar la ORA de tu coche y había muchísima cola. Total, que cuando llegué a casa era tardísimo, casi no tuve tiempo de comer. Matilde me dijo que haciendo el puré se había estropeado la batidora y que se habían terminado los huevos. Pensé que, si por la tarde tenía un respiro, podría comprarlos o, si no, al salir de la consulta, si acabábamos pronto. Pero hemos tenido una tarde horrible, además de la gente citada se han presentado tres pacientes más con problemas de esos que el doctor les dijo que, si ocurrían, acudieran sin pedir cita, y también me llamó el de los muebles de la cocina para decirme que van a montar la vitro y el horno el viernes por la mañana y entonces tuve que llamar a la peluquería para cambiar la hora, porque había cogido turno para cortarme y darme las mechas, que ya se me ven mucho las raíces, y también a María, que había quedado con ella en ir a ver los zapatos de novia porque tu hermana no podía acompañarla. Así que no me ha dado tiempo ni a comprar los huevos ni una batidora nueva ni, por supuesto, a recoger tu pantalón de la tintorería, cariño.

4 comentarios:

  1. Mari, me he cansado a la tercera tarea.

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    1. Pues imagínate mi agotamiento cuando terminé de escribir.
      :-P

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  2. Jaaaaaaaaaaaaaaaa! Pero bueno, ¿cuándo has puesto tú una cámara en mi casa para retransmitir mi vida? jajajaja.
    Ahora en serio, es buenísimo, Fefa, porque es natural y real como la vida misma de muchísimas mujeres. Ese motor invisible que mueve el mundo.
    ¡Tremendo!
    Un beso gordísimo

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    1. Tu vida, mi vida, su vida (subida...), la de tantas...
      Me alegra haberte hecho reír, libélula preciosa.
      Un abrazo gordísimo también.

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