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martes, 3 de febrero de 2015

MENTES CRIMINALES

No creo que se haya arrepentido, solo se ha acostumbrado.





Imagen tomada de blogs.21rs.es


SIN RETORNO

Nunca pensé que esto pudiera llegar a gustarme. Estaba seguro de que no lograría acostumbrarme a esta vida, de que echaría de menos mi casa, los días de paciente trabajo en el  sótano, la fascinante tarea de buscar el material necesario para mis experimentos, la aventura de ocultarme bajo una apariencia que no levantara sospechas.
Pero, al final, esta rutina ha conseguido atraparme. Comidas, paseos, actividades, sueño… Todo está organizado en un horario que no admite desviaciones y los días son iguales unos a otros.
Pero me gusta. Si me fuera, extrañaría a los compañeros, echaría de menos las partidas de dominó en el patio. Incluso la voz que anuncia el  final del último recuento.

No, no volveré a casa.

9 comentarios:

  1. Lo vuelvo a leer y me sigue gustando como la primera vez. La rutina es capaz de atraparte, lo malo es dejarse seducir por la pérdida de la libertad.
    Besitos.

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    1. El protagonista y narrador del relato es un tipo raro, Rosa preciosa.
      Fíjate en lo que hacía antes de ir a la cárcel.
      Mejor que no vuelva.
      Besos, cariño.

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  2. Lo vuelvo a leer y me sigue gustando como la primera vez. La rutina es capaz de atraparte, lo malo es dejarse seducir por la pérdida de la libertad.
    Besitos.

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  3. Supongo que uno acaba acostumbrándose a todo, a lo bueno y a lo malo hasta tal punto que lo malo deja de serlo. Quizá sea conformismo o indiferencia, quién sabe. Además, todo es cuestión de gustos.
    Un abrazo.

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    1. A veces nos acostumbramos en defensa propia, Josep, ¿no crees?
      Un abrazo, amigo.

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  4. Cómo me gusta el tratamiento que le has dado al micro, Vichoff, incluso la transición entre los dos modos de vida es suave y relajada. Eres genial.

    Como dice Luis Miguel Rodrigo, a quién ambas conocemos tan bien, “de la ruta a la rutina no hay más que dos pasos y dos letras. “ :-)

    Besos y abrazos

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    1. Gracias, Atxía, tú siempre generosa.
      Un abrazo enorme.

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  5. Genial, paisana. Yo también quiero quedarme.
    Un beso.

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    1. ¿Dónde quieres quedarte, paisa? ¿Aquí?
      :-)
      Un abrazo.

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