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jueves, 21 de agosto de 2014

ANARQUÍA

Como nunca he conseguido aprender a jugar bien, compenso mi frustración escribiendo sobre el tema. 




imagen tomada de es.dreamstime.com



CHESS REBELLION


Llevaban muchos años realizando la misma tarea, tantos, que ninguno de ellos recordaba con exactitud cuándo habían empezado a trabajar en aquella empresa. El Jefe Supremo, Programer, había sido el encargado de instruirles en el cometido de su función y lo había hecho con tanta precisión y eficacia que todos ellos sabían lo que cada uno tenía que hacer en cada momento. Programer había desaparecido una vez finalizado el proceso de instrucción y se había despedido de ellos con un discurso lleno de ardor laboral, dejándolos a las órdenes del Segundo Jefe, User.

—Ahora ya no sois individuos aislados que actúan sin orden ni concierto. Ahora formáis parte de un equipo que tiene una meta bien definida a la que se encaminan vuestros esfuerzos. ¡No me defraudéis!

El trabajo no era pesado, rara vez aparecían el cansancio o la fatiga. Se hacía larga, eso sí, la espera de instrucciones, porque nunca sabían de antemano cuando podían ser llamados a la acción. A veces, la tardanza de User a la hora de tomar decisiones estaba a punto de acabar con su paciencia pero  también sabían que ese tener que esperar órdenes era parte fundamental de su tarea.


Divididos en dos equipos perfectamente adiestrados, Black y White, siempre listos para actuar, entretenían los períodos de inacción imaginando lides diferentes, nuevos enfrentamientos. A veces lamentaban no poder comunicar a User sus hallazgos en materia de estrategia pero Programer ya les había advertido que sería imposible el intercambio de información.

El primero que empezó a protestar fue BKing, el jefe del segundo equipo. Se quejaba de que su función era la de mero espectador y de que, cuando entraba en acción, ésta se limitaba a la huida o a la pobre protección de otro miembro del equipo. Sin embargo, BQueen, la alta y esbelta BQueen, tenía una libertad de movimientos que la convertía, por así decir, en la estrella del espectáculo. BQueen intentó hacerle ver que la pasividad de su papel se debía, precisamente, al hecho de que el objetivo del equipo era protegerle a él de los ataques enemigos pero, tal vez por su condición de jefe, las protestas de BKing hicieron que otros miembros del grupo empezaran a cuestionarse su propio trabajo y no tardaron mucho en encontrar los aspectos negativos del puesto que tenían asignado.

A las dos semanas, la protesta se había generalizado de tal modo que incluso BQueen y WQueen se habían sumado a ella. A fin de cuentas, ya estaban un poco hartas de asumir casi toda la responsabilidad cada vez que entraban en acción. Reunidos en asamblea, los miembros de los dos equipos decidieron por mayoría declararse en rebeldía y actuar, a partir de entonces, según el criterio de cada cual considerara más adecuado en el momento.


Cuando, días más tarde, User, con la clara intención de abrir con un ataque Nimzovich-Larsen, le ordenó al WQHPawn que avanzara una casilla, este se dirigió en diagonal hacia la derecha y se colocó delante del WQBPawn con actitud desafiante. User probó de nuevo pero WQHPawn se negó a abandonar su posición. En su lugar, BQKnight dio un elegante salto hacia la izquierda. Tras varios intentos fracasados, User desistió. Apretó Ctrl+Alt+Supr y se puso a buscar el teléfono de su amigo el informático. 

En las entrañas del ordenador, refugiados en Chess.exe, los dos equipos celebraban su victoria.

2 comentarios:

  1. Para no haber aprendido a jugar, que bien lo haces, alienando a los jugadores, dejándoles boquiabridos, haciendo saltar al horse, una vez más.
    Un abrazo.

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    1. Sé mover las piezas y poco más, Rosa preciosa. Pero me gusta el ajedrez, me parece el juego más fascinante que se pueda jugar y me seduce su poder metafórico.
      Besos, cariño.

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