Pesadilla en ciento veinte palabras. Seguramente a alguien le recordará a "La noche boca arriba".
Y tendrá razón. Pero es que ya hace mucho tiempo que no hay nada nuevo bajo el sol.
SUEÑO Y VIGILIA
La sombra le perseguía, llevaba un cuchillo. Le
faltaba aire, sentía mil agujas clavadas en las piernas, pero tenía que correr
más o le alcanzaría.
Abrió los ojos a la penumbra del dormitorio. Rosa
dormía a su lado, la casa estaba en silencio, la luz del despertador proyectaba
la hora en el techo: las tres y cuarto. Respiró aliviado.
Las zancadas de la sombra sonaban cada vez más
cerca. Imaginó el cuchillo penetrando en su pecho, el ahogo, pero no pudo sacar
fuerzas del miedo. Cayó de bruces, el peso de la sombra le aplastó contra el suelo. Pensó que solo
tenía que despertar para acabar con la pesadilla un segundo antes de que el
puñal le atravesara el corazón.
¡¡Qué genia eres Vichita contando historias breves!
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Rosa preciosa. Ya sabes que me encanta gustarte.
EliminarOtro abrazo para ti.
Todavía me palpita el corazón… Cuánto juego dan las sombras y tu has sabido exprimirlo al máximo. Genial.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Caramba! Ahora tendré que estar vigilante, no sea que alguna sombra, quizá la mía, quiera agredirme. Una gran imaginación y en tan breve espacio...
ResponderEliminarUn abrazo.