Un divertimento. Yo, al menos, me divertí al escribirlo.
EL ARTISTA
Huguita, hija, perdona que te dé la brasa de esta manera pero es que,
de verdad, necesito desahogarme un poco y tú eres de las pocas personas con las
que tengo la suficiente confianza; si no pudiera contártelo, te juro que
acabaría majareta, en serio te lo digo.
¿Quieres un poco más de infusión de valeriana? Yo es que la tomo
mucho, por los nervios, ya sabes, y no es que lo diga yo pero me sale muy rica.
Hija, qué bien que hayas venido, así podemos charlar tranquilas. Yo ya estaba
necesitando descansar porque hoy, como comprenderás, me he dado una paliza.
Tengo que aprovechar estos días, cuando se va de caza, claro, porque si no,
estando él aquí, es imposible. Luego me digo que para qué tanto trabajo y tanto
esfuerzo si en cuanto vuelve ya tengo otra vez la casa como un vertedero, pero
es mi natural, qué le voy a hacer si soy limpia de nacimiento.
Y ésa es mi desgracia, claro, porque si me conformara, pues asunto
arreglado. Él lo ensucia todo, yo miro para otro lado y se acabó el problema.
Pero no, no es mi forma de ser. No puedo soportar el suelo lleno de manchas de
pintura, las paredes, todo… Porque, creetelo, no tiene ningún cuidado, Huguita.
Deja los cuencos tirados por cualquier parte y, claro, llegan los niños, entran
sin mirar y los vuelcan y pisan la pintura y me llenan todo el suelo lleno de
huellas; eso cuando no tienen la ocurrencia de pringarse las manos y estamparlas
a continuación en las paredes, en cuanto me descuido tengo una colección
completa de huellas palmares de todos los colores. Se lo enseñó él, ya ves,
como si fuera una diversión, una gracia. Diversión para ellos, claro, pero no
para mí, que luego tengo que ir detrás, renegando de todo lo renegable,
limpiando huellas de pies y manos, y no veas lo que cuesta, que hay colores que
no salen ni con agua caliente, sobre todo el rojo, que no sé con qué lo hace
pero no hay quien lo quite, y encima el pringue de la grasa... Y él es igual, no
creas que le importa lo que manche cuando está a lo suyo. Que digo yo que
podría molestarse un poco y buscar la manera de pintar al aire libre. Pues no.
Y como encima el resto del pueblo le anima, pues para qué queremos
más. El otro día vinieron unos cuantos vecinos y todo era alabarle el dibujo y
los colores y el diseño y el movimiento de las figuras y qué bonito todo y qué
artista eres, Tron. Y a mí se me llevaban los demonios porque me había pasado
la mañana fregando como una loca una mancha violeta que no se iba ni
pidiéndoselo de rodillas y porque el grupo de cazadores había quedado precioso
después de que yo me estuviera dos horas borrando un monigote que el pequeño
había pintado al lado del ciervo.
¿Te apetece una tortita de mijo? Están recién cocidas, como llevan ya
dos días fuera pues me ha dado tiempo a hacer de todo, fíjate la de cosas que
podría hacer si no tuviera que estar todo el rato detrás de él y de sus
dichosas pinturas. A veces lo pienso y, te lo digo de verdad, Huguita, me da
tanta rabia trabajar tanto para que no sirva de nada ni nadie me lo agradezca
que el día menos pensado hago la maleta y me voy a la cueva de mi madre. De
verdad te lo digo.
"Soy limpia de nacimiento..." Eres genial.
ResponderEliminar¿Cómo sería la maleta..????
Besos, reina.
Pues supongo que una mochila de piel de ciervo con el peine de hueso de mamut, el vestido de leopardo, el cinturón de piel de lagarto y provisión de valeriana para el viaje.
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Gracias, reina de picas.
Jajajaja ..... desde la noche de los tiempos con el mismo problema, no hemos evolucionado nada!
ResponderEliminarY pensar que me emocioné tanto viendo esas manos estampadas en las bóvedas y paredes de las cuevas del Castillo y la Moneda en Cantabria! de haberlo sabido le hubiera rematado la faena a la mujer de Tron y le hubiera dejado aquello como la patena .... ainsssssss.
Besos!
Y la alegría que le habrías dado...
Eliminar:-)
Un abrazo, preciosa.
Me encanta esta mujer de los nervios queriendo limpiar todo rastro...
ResponderEliminar¡Qué divertido, hermana!
Mil besos.
Gracias, hermana.
EliminarMil besos para ti.
¡Jamía, por dió, pobre mujer! Y lo peor es que todavía hay muchos Tron. Con lo ricas que le deben haber quedao las tortitas de mijo.
ResponderEliminarQue buen comienzo de sábado he tenido. ¡Gracias Vichita!
Muchos besitos.
Pobrecita mi cromañona, tan relimpia ella... Ir a dar con un Tron...
Eliminar:-)
Me alegra haberte alegrado el inicio del sábado, cariño.