Los niños... ya se sabe.
Imagen tomada de www.identi.li
JUEGO INFANTIL
—Mamá, ¿puedo traer un amiguito a jugar a casa?
La madre terminaba en aquel momento de asear la estancia.
—Claro, cariño, pero id con cuidado, no me llenéis el piso
de barro que acabo de limpiar.
—No te preocupes, mami —la voz infantil sonaba ya lejana,
yéndose—, nos limpiaremos antes de entrar.
Los oía jugar y reír en su cuarto y sonrió satisfecha.
Habían cumplido su promesa: en el suelo no había huellas de pisadas.
—Mamá, ¿puede quedarse mi amiguito a dormir? —llegó la
pregunta a través del muro.
—Claro, cariño, pero no arméis jaleo o tus hermanos se
despertarán.
A la mañana siguiente, cuando fue a despertar al más pequeño
de sus dinosaurios, el niño todavía estaba allí.
Mira que con el título ya me estaba oliendo el truco y, aún así, me has sorprendido :)
ResponderEliminarPlas, plas, plas :)
Besos, paisana.
Jeje...
EliminarQué bien, paisa.
Un abrazo enorme.
¿Y dices que tu musa se ha dormido? ¿Dónde, en el sofá? Digo lo que Pedro Pablo, tires por arriba o por abajo consigues sorprender.
ResponderEliminarBesitos y dulces sueños.
Rosa preciosa, el fondoarmario, este relato tiene muchos meses.
EliminarMuchos besos, cariño.
No sé cómo son los niños, pero si cómo eres tú, y mira que te gusta jugar con nosotros :-) Cómo me gustan los mundos al revés.
ResponderEliminarUn beso grande
Jugar es una de las actividades más serias, niña dulce.
EliminarY qué sería de nosotros si no jugáramos.
Abrazo, cielo.
Yo juego a los mundos al revés y luego vosotros jugáis conmigo.
Eliminar:-)
Pues sabes jugar muy bien. Es entretenido estar jugando contigo.
ResponderEliminarBesos.
Qué bonito eso que me dices, Mar.
EliminarGracias, cariño.
Un abrazo.