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VUELO NOCTURNO
El pitido de la alarma le sobresaltó. Se había
quedado dormido frente al monitor. Miró al panel y comprobó el origen: sector
3-SS14894, LA-N, LO-0. Dio un brinco en el asiento: en aquel punto y a aquella
hora solo podía ser ella.
Llamó al Suplente y trazó en el aire un amplio
círculo que abarcaba la pantalla múltiple.
—Vigílame al resto, tengo una emergencia.
Se levantó y se dirigió a la primera plataforma de
despegue.
“Puñetera, pensó, ya en pleno vuelo, ¿qué voy a
hacer contigo?”
Llegó justo a tiempo de darle a una mano el golpe
necesario para que las pastillas cayeran en el inodoro.
Ella solo sintió un roce y un soplo de aire cálido
en la mejilla.
¡Menos mal que estaba al quite! Si no fuese por ellos...,
ResponderEliminarBesitos con vuelo de plumas.
Es su trabajo: estar al quite.
Eliminar:-)
Un abrazo alado, Rosa preciosa.
Lo siento por ellos pero los ángeles de la guarda no deberían poder dormir, cada vez tienen más trabajo y tienen que hacer horas extras. Eso o que, allá arriba, aumenten la plantilla. Muy buen relato. Ciento veinte palabras (no las he contado, que conste) muy bien empleadas.
ResponderEliminarUn abrazo angelical.
Pobres, tienen tanto trabajo...
EliminarPediremos aumento de plantilla, sí.
Si digo ciento veinte, Josep... son ciento veinte.
:-)
Otro abrazo alado y apretado para ti, amigo.
Qué bueno, querida. Emplear las palabras justas no resulta sencillo. Estoy muy de acuerdo con Josep M.ª.
ResponderEliminarBesos desde el campo,
Casi tan bueno como el tuyo. Lo acabo de colgar. Es un honor tenerte de artista invitada.
EliminarBesos desde el asfalto.