Un poco de intrahistoria (unamunianamente terminologizando, que diría Lonstein) en ciento veinte palabras.
Imagen tomada de www.egrecia.es
COMO TODAS LAS NOCHES
Como todas las noches, se acerca al
puerto en busca de noticias, pero, un día más, nadie puede darle razón.
Hace ya muchos años que embarcó pero ella
sigue acudiendo a esperarle, con una tenacidad incansable que algunos admiran,
porque se les antoja heroica, y otros tachan de locura: no se sabe de nadie que
haya regresado después de tanto tiempo.
Espera todavía unos minutos, mirando a lo
lejos, al horizonte de negrura, y finalmente da la vuelta y emprende el camino
de regreso ignorando las miradas que la siguen.
Está cansada pero la rendición no entra en
sus planes. Esperará.
Aligera el paso para llegar pronto a
palacio: aún tiene que destejer todo lo que tejió durante el día.
La imagen de Penélope tejiendo ha captado nuestra imaginación durante miles de años y, a pesar de todo, nunca nos cansamos de admirar su figura. No mira ni al pasado ni al futuro. Vive el aquí y el ahora, leal a sus sentimientos y rehusando perder la esperanza.
ResponderEliminarPreciosa esta efigie a la luz del ocaso. Gracias por compartirla.
Besos y muchos abrazos
Gracias a ti, preciosa. Tienes razón, Penélope ha dejado de ser ella para pasar a ser el arquetipo de la espera esperanzada. Por eso nunca morirá.
EliminarMás besos para ti.
Con lucidez. Sin buscar la complicación de una historia rebuscadamente inventada, el relato y su belleza estaban ahí, en los intersticios de lo ya sabido. Precioso. Enhorabuena
ResponderEliminarGracias, Alfredo.
EliminarComo dijo el señor conde desde la atalaya de la torre de su castillo mientras miraba su Rolls aparcado en el patio de armas y su corcel árabe guiado por un palafrenero, soy persona de gustos sencillos.
:-)
Un abrazo.
La difícil sencillez de la espera y la esperanza de no perderse en circunloquios.
ResponderEliminarUn abrazo
Otro muy grande para ti, Rosa preciosa.
EliminarGracias, siempre.
La dolorosa espera del amor perdido, del amor desaparecido, quizá del amor imaginario. Un bello relato que me ha recordado la triste y bella canción "En el muelle de San Blas", de Maná.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gustan los textos que sugieren músicas y las músicas que sugieren textos así que eso que me has dicho, Josep, me parece la más favorable de las críticas.
EliminarUn abrazo, amigo.
Y que me gusta tanto a mí Ítaca que no puedo sino desear el regreso.
ResponderEliminarHasta pronto, paisana, guapa.
Un abrazote.
Hasta pronto, paisano guapo.
EliminarRegresaremos.