Creo que la portada no necesita explicación. En efecto, se trata de una novela erótica. Aunque, en mi opinión, no demasiado erótica, la mayor parte del texto está empleada en desarrollar una historia romántica. Así que, si os gustan este tipo de relatos, os la recomiendo, porque es amena y, efectos secundarios aparte, se lee de un tirón.
Y como el principio lo podéis leer en Amazon, os pongo un fragmento del capítulo 22.
Se levantaron y lo siguieron, a través de dos salones,
hasta una puerta de madera tallada. La golpeó con los nudillos y, sin esperar
respuesta, la abrió y se hizo a un lado para dejarlos pasar. César le cedió el
paso a Julia, de modo que fue ella la primera en ver a la mujer alta, fuerte,
vestida con una larga túnica de seda verde, enjoyada con largos pendientes y
varios collares, sentada en un gran sofá tapizado de damasco. En cuanto los vio
se puso en pie y caminó hacia ellos. Abrazó cariñosamente a César y lo besó en
las mejillas.
—¡Querido! —exclamó— ¡cuánto
tiempo sin venir a verme!
—He estado ocupado —dijo César
sonriendo.
—Ya veo —contestó la mujer mirando
a Julia de arriba abajo—... y lo comprendo. Cualquier cosa es mejor que visitar
a una vieja aburrida.
—No empieces, Lola —dijo César—,
todavía no eres vieja y nunca has sido ni serás aburrida.
—Ya lo sé —dijo la mujer haciendo
un gesto coqueto—, pero me encanta que me lo digas —Se volvió hacia Julia—.
Bueno... preséntanos...
César las presentó. Doña Lola besó
a Julia en las mejillas, la cogió de la mano y la condujo hacia el sofá. Le
hizo un gesto para que no se sentara, se alejó de ella unos pasos y volvió a
mirarla detenidamente. César se había sentado en un sillón cercano y miraba a
la mujer como quien espera un veredicto.
—Es realmente adorable —dijo doña
Lola con un suspiro— ¿Dónde la has encontrado?
—Es un regalo de mi hada madrina —contestó
César.
Copión, pensó Julia. La frase era
de Luis, la había dicho, precisamente, cuando César le preguntó de dónde había
sacado a Julia. Doña Lola se sentó en un sillón y soltó una carcajada. Con un
movimiento de la mano le indicó que se sentara.
—No sé si tienes hada madrina,
querido —dijo—, pero, si la tuvieras, estoy segura de que no malgastaría sus poderes
haciendo un regalo como este a un chico malo como tú.
—No lo estropees, Lola —dijo
César—. Llevo semanas intentando convencerla de que soy una persona de fiar.
Doña Lola volvió a reír. Se puso
en pie y se dirigió hacia un carro de bebidas que estaba al otro extremo de la
habitación. Al pasar junto a su lado le rozó la mejilla con los dedos.
—Ella sabe que estoy bromeando, ¿verdad,
querida? Ya se ha dado cuenta de que te quiero y de que finjo estar enfadada
contigo porque no te perdono que no hayas venido antes a verme y a traerme
noticias de los amigos. ¿Whisky?
Empezó a preparar los vasos sin
esperar contestación. Julia la observó por detrás. Calculó que tendría unos
cincuenta años, quizá alguno más, y tenía que haber sido una mujer muy guapa.
Todavía tenía la piel fina y suave y unos brillantes ojos verdes. El pelo,
negro y peinado hacia atrás, conservaba brillo y fuerza. Le dio un vaso a César
y cogió otros dos del carro. Le alargó uno a Julia y fue a sentarse al sillón
que se encontraba frente a César. Julia se quedó mirando el vaso y pensó que no
debía beber. Aún se notaba ligeramente mareada después del viaje y se daba cuenta
de que no podía pensar con claridad, como cuando tomaba Valium. De hecho, la
situación era, cuanto menos, bastante extraña y, sin embargo, se encontraba
como si empezar las vacaciones haciendo una visita a aquella extraña mujer
fuera la cosa más normal del mundo. Realmente, el champán le había sentado muy
mal.
Doña Lola se recostó en el sillón
y levantó su vaso.
—Por vosotros —dijo.
Julia levantó también el suyo y
dio un pequeño sorbo de whisky. Estaba muy bueno pero no debía beber más.
—Y bien, César —dijo doña Lola
después de una pequeña pausa—... el otro día no terminamos de hablar de lo que nos interesa. ¿Quieres
explicarme ahora qué es, exactamente, lo que necesitas?
Y aquí podéis echar un vistazo y descargarlo.
http://www.amazon.es/Julia-Victoria-Broch-ebook/dp/B012PQGFQY
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¡Uff! Lo que me estoy perdiendo, qué exquisita puesta en escena. Me recuerda a otra estupenda escritora, pero, ahora no recuerdo el nombre.
ResponderEliminarMuchos, muchos besitos para ti, Fefa y para el miembro chiquitín de la familia, que ya no será tan peque.
A mí también me recuerda a alguien, Rosa preciosa, igual estamos pensando en la misma persona.
EliminarEl peque cumple un año el día 3 del mes que viene. Está grande, guapo, y es tan inquieto que tiene molidos a padres, abuelos, tíos y demás familia. Pero me tiene loquita.
Un abrazo enorme, cariño.
¡Uff! Lo que me estoy perdiendo, qué exquisita puesta en escena. Me recuerda a otra estupenda escritora, pero, ahora no recuerdo el nombre.
ResponderEliminarMuchos, muchos besitos para ti, Fefa y para el miembro chiquitín de la familia, que ya no será tan peque.